lunes, 14 de enero de 2013

Escrito el 22 de diciembre de 2012. Publicado por Diario el Tiempo, el 6 de enero del corriente.

En los resultados del 16 de diciembre existen varios condicionantes. El resultado del 7 de octubre es uno de esos. Se repitió el fenómeno 2004 cuando la oposición, después de una extraordinaria votación nacional en el referendo revocatorio del 15 de agosto, solo pudo ganar dos gobernaciones en las elecciones regionales del 31 de octubre.

No podemos hacer un análisis centrado en buscar culpables por los resultados obtenidos. Ni culpar a los ciudadanos por abstenerse, ni culpar a los factores de las fuerzas democráticos que han venido haciendo un gran esfuerzo. Si nos vamos por lo obvio, lo que algunas personas llaman lo lógico, vamos a encontrar la respuesta obvia: se desmovilizó la oposición. Aja y acaso  no se desmovilizó también el chavismo?

Porcentualmente hablando, si comparamos los resultados del 16 de diciembre contra los resultados de la elección presidencial del 7 de octubre, la oposición solo obtuvo 59.4% de los votos del 7-O, mientras que el gobierno mantuvo la movilización de 61.7% de sus electores. Si la oposición hubiese mantenido su nivel de votación del 7 de octubre para las elecciones regionales y el chavismo no,  el mapa electoral venezolano sería azul. Y, ¿si el chavismo hubiese mantenido su nivel de participación de hace dos meses no hubiese ganado igual 20 gobernaciones?

Ahora ante esta situación, finalizando el 2012, en las visperas de un nuevo año que por donde se vea es electoral (bien sea por las elecciones municipales o por  presidenciales) la alternativa democratica tiene dos tareas a realizar. Primero, ser promotores de un dialogo nacional abierto, sincero, con todos los sectores del pais. Y la segunda tarea mantenernos organizados y perfeccionar la unidad, como una unidad ética y de altos propósitos democráticos de desarrollo y progreso.

La primera tarea paraciera ser la mas dificultosa, pero sin duda alguna la mas importante de todas. Sabemos que a muchos les puede resultar ingenuo pretender o impulsar un acuerdo social en las actuales circunstancias del país, luego de los resultados electorales del pasado 16 de diciembre, cuando no hay comunicación, y cuando están rotos los puentes entre lo gubernamental y lo no gubernamental, pero los problemas del estado son muy graves, la situación económica que vamos a enfrentar el año que viene es complicada, la inflación está afectando cada día más el bolsillo de las familias, la infraestructura esta deteriorada, los servicios públicos de electricidad y agua potable están a punto de colapso, así como ya colapsó el aseo urbano, y por si fuera poco, atravesamos por un proceso inédito, donde el presidente en ejercicio y reelecto esta ausente del cargo, y todo apunta que no estará recuperado para la toma de posesión para el nuevo periodo presidencial. Todo esto hace imperiosamente necesario que apostemos por el dialogo.

Tenemos que de una vez dejar sentado que nuestras diferencias con el régimen, son muy profundas, no porque no creamos que tiene buenas intenciones, pueden estar preñados de ellas, pero consideramos que han escogido el camino equivocado para ayudar a que los venezolanos progresen.

Este es un Gobierno que se sostiene en base al populismo y precisamente son las bases populares las que cuando no están atendidas, empiezan a sufrir el castigo, reaccionan. Por ejemplo, el gobierno para las elecciones presidenciales lo que hizo fue abultar el gasto publico del Estado para crear un paraíso ilusorio y eso es insostenible. Finalizando el 2012, el aumento del gasto publico fue exponencial y artificial y todo eso va a traer consecuencias en la inflación, en el desempleo y en el desarrollo económico del país.

Todos estos problemas del país y que se acentúan aun mas en Trujillo los vamos a enfrentar de manera positiva y con éxito en la medida que dejemos atrás la confrontación y la diatriba y establezcamos un dialogo sincero, con todos los sectores de la sociedad, un dialogo de cara a los trujillanos y nos concentremos en unir esfuerzos para resolver los grandes problemas de la gente.

El dialogo que estamos planteando no es sólo político, sino un dialogo con todos los sectores, el sector productivo, con los sectores empresariales, con la iglesia, con los gremios de los educadores, enfermeras, médicos, los transportistas, los comerciantes, con todos los sectores y con los trabajadores y claro, con el gobierno, para que Trujillo crezca, para que entre en una etapa de desarrollo y progreso.

La confrontación tiene un costo elevado; frena o mas bien impide el desarrollo. Solo las sociedades que han construido grandes acuerdos sociales y apuestan a su consolidación logran el progreso y el bienestar para su pueblo. Los líderes políticos deben unirse al gran movimiento por el diálogo, a pesar de los riesgos que implica. Negarse al dialogo es conspirar contra los mas pobres y es conspirar contra la democracia.

La segunda tarea que debemos emprender es mantenernos organizados y perfeccionar la unidad.  Es demasiado simplista decir o proyectar resultados pensar que la barrida electoral del 16-D se resolverá porque no existe chavismo sin Chávez. Los ejemplos del Peronismo o el Sandinismo deberían servir para eliminar este análisis. Es obvio que la oposición debe prepararse para enfrentar en caso que se decrete la ausencia del Presidente a un adversario tan fuerte como el propio Chávez. Ahora bien, el único evento electoral cierto que tenemos es en mayo de 2013, las elecciones municipales, mas importantes aun que las regionales, por ser el nivel de gobierno mas cercano a los ciudadanos, al pueblo, y también por ser las alcaldías y los concejos municipales el nivel de gobierno mas descentralizado.

Si algunas vez han leído a  Maquiavelo, la suerte es la circunstancia que habilita o liquida al "príncipe". Esto sumado a la ineficiencia en los actos de mando y una reiterada torpeza en provocar a la sociedad, provoca una serie de desenlaces. No es la muerte del príncipe la que decreta su fin. Es la acertividad de su contendor. Aquí es donde mejor debemos aprovechar nuestros liderazgos locales, la mayoría de ellos electos por las bases democráticas en las pasadas elecciones primarias del 12 de febrero, lo que les da una legitimidad de origen. Entendiendo que esta oportunidad la debemos aprovechar para organizar la sociedad políticamente en cada municipio. Lo que no pudimos hacer para las presidenciales por la extensión del país, y en las regionales por la extensión del estado, no hay excusa para que no lo hagamos a nivel municipal, y así comenzar a construir como debe ser una estructura desde la base, que permita luego de tener fuertes cimiento, edificar una alternativa democrática, seria y confiable, que merezca la confianza de todo el pueblo.

Nos negamos hacer superficialesn fatuos, superfluos. Debemos hacer buena politica. No podemos repetir los esquemas de 2004 y 2006, y ojo, si repetimos las mismas formulas, inevitablemente tendremos los mismos resultados, esperar lo contrario es una locura, dice Albert Einstein.

Es necesario que hagamos un análisis profundo de la situación del país. La política no es para improvisar, ni para mantener monologos,  sino para planificar políticas publicas para solucionar los problemas de la gente y para dialogar. Miremos a Chile, y como supero la era Pinochet. Tenemos experiencias en el mundo entero de las cuales estudias, aprender y poner en practica.

Manuel Rivero.
Dirigente Regional de COPEI.