miércoles, 20 de enero de 2021

De los fariseos e hipócritas

Voy con un mensaje que me inspira el evangelio del día hoy, miércoles 20 de enero. Santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6. Miércoles II del Tiempo Ordinario.

Los fariseos, los hipócritas, estaban pendientes de todo lo que hacía Jesús para tratar de tenderle trampas con las que lo pudiera acusar de violar la ley. Los fariseos, los hipócritas, no hacían nada, no ayudaban a nadie, no daban un trozo de pan a un hambriento, ni consuelo a un enfermo, sólo estaban pendientes de criticar lo que hacía Jesús. 

Un sábado Jesús entró a la sinagoga, se encontró una persona que no podía usar su mano y la sanó. Los fariseos se escandalizan por trabajar en sábado. Jesús, sólo les pregunta ¿Está mal salvar la vida de un hombre un sábado? No importaba que Jesús hiciera el bien, siempre los fariseos, los hipócritas, que no hacían nada por ayudar a nadie, iban a estar pendientes de lo que hacía Jesús para criticarlo, acusarlo, señalarlo, calumniarlo.

Así pasa hoy. Hay un montón de gente haciendo cosas buenas, trabajando, luchando por ayudar a los demás. Unos con ONG que tratan de llevar un plato de comida a alguien, otros porque montan emprendimientos con apoyo de familiares y amigos, otros van a llevar mensajes de esperanza y tratar de organizar a la gente para procurar el cambio, y ahí están los fariseos, los hipócritas, los que no hacen nada, pendientes de cualquier movimiento para calumniar, difamar, señalar, porque ellos no hacen nada, sólo destruyen y nada más.

Pero sobre el evangelio hay algo más, que en una homilía lo decía el Papa Francisco, y es que Jesús, a aquel hombre le devolvió la capacidad de trabajar, de dignificarse. No hay nada que dignifique más que el trabajo. Cuando hay gente trabajando, llevando mensajes, organizando, procurando el cambio haciendo, ahí está la obra, es lo que hay que hacer. Lo contrario es no hacer nada, es la abstención, es esperar que otro solucione su problema, es la vida que quieren y prefieren los fariseos y los hipócritas que tengan, que no hagan nada, como aquél hombre que antes de encontrar a Jesús era discapacitado, "tullido" dice el evangelio. Así te quieren los fariseos, los hipócritas, que no hagas nada, que no trabajes, que no organices, porque ellos tampoco hacen nada, sólo difamar, descalificar. 

Tenemos que recuperar la capacidad de trabajar. Siempre habrán fariseos esperando ver que haces,no por eso hay que dejar de hacer cosas. Hay que enfrentar eso con más amor, con más trabajo, como Jesús, que mientras más lo perseguían, más daba ejemplo de su misericordia, de su amor por el prójimo, de ayudar a la gente, de reunirlas y organizarlas. Sólo así se vence.

Manuel Rivero.

@mrmanuelrivero