Las personas estamos para trascender en el tiempo. Esa trascendencia viene dada por la dimensión espiritual de la persona humana, que lo eleva por encima de los tiempos, para que su pensamiento y obra perduren más allá de su existencia material.
Encontramos en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que "a la persona humana pertenece la apertura a la trascendencia: el hombre está abierto al infinito, es decir a Dios, porque su inteligencia y su voluntad se eleva por encima de todo lo creado y de sí mismo, se hace independiente de las criaturas, es libre frente a todas las cosas creadas, y se dirige hacia la verdad y el bien absoluto. Está abierto también hacia el otro, a los demás hombres y al mundo, porque sólo en cuanto se comprende en referencia a un tú puede decir yo. Sale de sí, de la conservación egoísta de la propia vida, para entrar en una relación de diálogo y de comunión con el otro."
Jacques Maritain, filósofo católico, principal exponente del humanismo cristiano, afirma acerca de la persona humana que "en virtud de su relación con lo absoluto, y puesto que está llamada a una vida y a un destino superiores al tiempo, o, dicho otro modo, en razón de las exigencias mas elevadas de la personalidad como tal, la persona humana trasciende todas las sociedades temporales y les es superior".
Desde la visión del humanismo integral, creemos que nuestra obra, mensaje, y aporte a la humanidad debe estar orientado a un bien absoluto que es Dios. Pero más allá de la condición religiosa, todas las personas estamos para trascender, y de ahí la importancia de la familia, nuestra relación y ejemplo familiar, la práctica y siembra de los valores, de la ética, la moral, de la educación cívica, para la convivencia ciudadana, todo resumido en el amor, propio y por la humanidad. No hay un acto más espiritual y de mayor trascendencia que el amor.
"Deus Caritas Est". Dios es Caridad. Dios es Amor.
Manuel Rivero
@mrmanuelrivero
Mi querido amigo profesor Manuel, como siempre sus artículos son importantes baños de espiritualidad, que tanto bien nos hace a quienes asumimos la lucha social para cumplir nuestra misiòn humana, comparto con ud. y Jacques Maritain la convicción de que nuestra lucha desde los valores desde la fe es lo que hace transcendente nuestra acción. Que feliz de contar periódicamente con sus aportes a la formación y capacitación de quienes estamos empeñados en producir un cambio con justicia social . Un abrazo amigo!
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