Pensar una Alternativa para el desarrollo económico, para el crecimiento económico con equidad, pasa necesariamente por la profundización de la democracia como valor del sistema político de gobierno, y esencialmente como valor de convivencia y desarrollo social, como instrumento de la justicia social. Para ello es requisito sine qua non un liderazgo social comprometido con los principios de solidaidad, pluralismo, subsidiaridad, y de respeto a la dignidad de la persona humana.
Un liderazgo comprometido con esos principios es capaz de concibir el crecimiento económico como una condición de progreso y desarrollo para que la población alcance mejores niveles de vida y supere la probreza y la exclusión social, teniendo como principio transversal la equidad, para promover y garantizar la igualdad de acceso a las oportunidades de todas las personas, así como la desconcentración del poder y la riqueza para la satisfacción de las necesidades básicas de todas las personas.
Para lograr ese crecimiento es necesario contar con un mercado robusto, cuya función es insustituible como ente de regulación dentro del sistema económico, y también es imprescindible concebir al mercado como el impulsor del desarrollo social, cuyo valor de transparencia, competencia leal, debe ser garantizada por el Estado, que debe ser árbitro y "actor fundamental de logros de altos niveles de equidad mediante una política social dinámica, estable y sustentable" como propone Gutenberg Martínez.
Entonces, una alternativa para el desarrollo, no consiste exclusivamente en reformas económicas para alcanzar el equilibrio fiscal y de la balanza de pagos y reducir la inflación, o de una liberación del mercado. Ello es necesario, importante, pero no es todo.
Una alternativa para el desarrollo requiere de una apuesta preferencial por los mas débiles, un sistema que promueva el desarrollo y la equidad social, con la participación de todos los sectores de la población, poniendo a disposición de todos los bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas, en especial las del cultivo de aptitudes intelectuales, educativas, emocionales, culturales y artisticas, para promocinar a la gente y las condiciones de tolerancia y pluralismo, cimentados en la vigencia en la vida social de los valores morales, como el respeto a la verdad, la honradez, el sentido del deber, el afán de justicia, la consideración al prójimo, la solidaridad y el espíritu de servicio. Requiere también sustentabilidad ambiental, un sistema que promueva la protección del medio ambiente y la conservación de los recursos naturales, medios para el bien común de las generaciones actuales y futuras.
Una alternativa de desarrollo, requiere de un liderazgo alternativo que entienda que las relaciones sociales no están determinadas en su totalidad por los factores económicos, porque ello es contrario a la naturaleza de la persona humana. Ni que el lucro sea la norma exclusiva ni el fin de la actividad económica, ya que es una de las causas que afectan negativamente el orden social.
Una alternativa de desarrollo requiere un liderazgo alternativo que entienda que los derechos fundamentales de la persona humana, no pueden sacrificarse en aras de la organización colectiva, porque ello es contrario a la dignidad humana, así como que la regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales, y su regulación únicamente por la ley del mercado quebranta la justicia social, porque no todas las necesidades humanas pueden ser satisfechas por el mercado.
Manuel Rivero.
@mrmanuelrivero
Buen análisis Manuel para ser presentado en un marco democrático
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