Las incoherencias
y contradicciones en el discurso del liderazgo opositor, la falta de un consenso
de amplia base sobre la estrategia única para salir del gobierno, la arrogancia,
creer que solo la MUD es suficiente para ganarle al gobierno, y claro la muy
mala administración del triunfo de la Asamblea Nacional, con un parlamento que
entró en un enfrentamiento de poderes estéril, que no le soluciona los
problemas de la gente, hizo lo que parecía imposible que ocurriera, y es que el
PSUV recuperó millón y medio de votos de los perdidos en 2015, y la Unidad
perdió dos millones desde entonces.
¿A qué incoherencias y
contradicciones en el discurso opositor hacemos referencia?
Son muchas, pero puedo colocar
como referente de esas contradicciones que son insalvables a Henry Ramos Allup.
El primero que cantó fraude en el país, hace varios años ya, y sin tener
ninguna pruebe de ello, con una conducta altamente irresponsable fue ese señor.
Y tal vez eso sea lo menos grave, al lado de otras cosas dichas en el pasado
reciente, como allegar a la presidencia de la AN y decir que en seis meses se
iba a salir del gobierno de Maduro, así como decir que la elecciones regionales
no eran la prioridad en el 2016, y hoy pagamos las consecuencias de ello, o
peor aún, por su arrogancia haber mantenido a la AN en desacato que impidió nombrar
un nuevo CNE. Hay que recordar que tres de los cinco rectores del CNE tenían su
periodo vencido y la AN no pudo nombrar un nuevo CNE por estar en desacato. Nunca
se hizo nada para solucionar ese problema y el primer responsable de esa
situación es Henry Ramos Allup. Todas esas contradicciones hacen que a la gente
se le generen expectativas que luego no se pueden satisfacer, lo que
desencadena en el desánimo, la desesperanza y la desmovilización del elector
opositor, quien luego se abstiene de votar y tenemos resultados como el del pasado
domingo, que no es ninguna sorpresa.
¿Falta unidad en la oposición o
son minoría?
Sí y Sí.
Es evidente que las fuerzas democráticas,
la gente que adversa al gobierno, que quiere cambiarlo es mucho mayor que la
que quiere mantenerlo. El problema es que todo ese descontento no se expresa
electoralmente por la falta de un consenso sobre una estrategia única para salir
del gobierno. Sencillo, en elecciones gana el que saca más gente a votar.
El oficialismo frente a la más
grande crisis que ha tenido el país, frente al hambre del pueblo, se ha mantenido
unido. Tú no los ves a ellos culpándose unos a otros de la crisis. Su discurso
es único, repetitivo, cansón, pero eficiente: la culpa es del imperio, el bloqueo
económico, la derecha, en fin, todo ese discurso busca enemigos o crea enemigos
externos, y se mantienen unidos monolíticamente.
Nosotros en cambio, fuimos a unas
elecciones regionales con el dilema de votar o no, después de más de 100 días de
protestas violentas con una cantidad de pérdidas humanas muy lamentables, y que
sirvieron para alentar el discurso de la abstención de propios y del gobierno. Lamentablemente
ese discurso tuvo éxito, la gente se abstuvo, y ahora estamos mucho más lejos
de que se produzca una transición, y mucho menos si se canta un fraude que
sabemos imposible de demostrar, pero sigue desmovilizando al elector opositor.
Entonces te digo, evidentemente somos
mayoría, pero estamos divididos, y así no le podemos ganar al Estado-PSUV.
¿Entonces qué hacer?
Levantarse, sacudirse el polvo y
trabajar más y mejor, entender que no hay soluciones mágicas e inmediatas sobre
el cambio político, que esto requiere de más tiempo y dedicación, de mucho más
compromiso con el país y menos de proyectos personales o partidistas, y tenemos
que entender que nuestra fuerza está en la lucha social, por el derecho de las
personas a alimentarse, a la salud, al derecho a vivir bien, a que el salario
alcance para ir a la bodega a comprar queso por lo menos.
Tenemos que entender que la oposición
es una mayoría social, política, pero que no tiene una conducta electoral sólida,
firme. Ese trabajo de pedagogía política, de cultura ciudadana hay que
retomarlo con fuerza y dedicación. Tenemos que enseñar a la gente, convencerla que
la única salida es la vía lectoral, que la oposición no es ni vamos hacer nunca
un ejército de liberación, que no tenemos ni la vocación ni mucho menos el
recurso de las armas y de la violencia, que tenemos que asumir la ruta
electoral como la única viable, que tenemos que promover un dialogo nacional
para superar la crisis, que hay que hacer buena política, que tenemos que construir
una transición ordenada, de forma electoral, pacífica y constitucional, y sobre
todo en convivencia, porque el PSUV es una realidad. Que no podemos tener una
visión cortoplacista, de soluciones mágicas, eso nos ha hecho un daño terrible
en la construcción de una alternativa seria y confiable, y nos lleva a derrotas
electorales como la que acabamos de sufrir. Y que definitivamente nos hace
falta mucho una unidad verdadera y de
propósitos para poder ganar.
Manuel Rivero.
Sec. General de COPEI.
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