domingo, 28 de julio de 2019

Persona y Sociedad

Identificar un sistema político o de gobierno es posible, mas allá de los eslogan, si estudiamos el lugar que para ellos ocupa la persona humana en la sociedad, y la relación que tiene la persona con la sociedad.

Si el sistema que se desarrolla considera que la sociedad es una simple reunión de individuos, que no tienen relación de responsabilidad con un cuerpo superior, sino que ellos representan una totalidad absoluta, y no se considera la relación con sus semejantes, estamos frente a un sistema donde el individualismo marca la pauta, y donde los mas débiles sociales estarán marginados de todo apoyo y oportunidades para el desarrollo.

Si por el contrario, se considera que la sociedad es el todo, donde la persona humana es una simple parte de ese todo, y su dignidad está subordinada al interés de la sociedad y del estado, estamos frente a un sistema totalitario, asfixiante.

Dicho lo anterior, que dibuja los dos extremos del individualismo y el totalitarismo, En contraste a esos dos extremos, sistemas en los cuales la justicia del bien común no tiene posibilidad de desarrollo, exponemos el Humanismo Integral, que desarrolla sus postulados en el entendido que la sociedad debe ser personalista, comunitaria y pluralista.

El carácter personalista de la sociedad por considerarla como un todo de personas, cuya dignidad es anterior a la sociedad, y cada una tiene sus propias aspiraciones de independencia, hasta pasar a grados mas elevados que conlleven hasta la perfecta libertad espiritual, que ninguna sociedad humana es capaz de dar.

Comunitaria, porque entiende que la persona tiende naturalmente a la sociedad y la comunión, y en particular a la comunidad política, y porque considera, en el orden propiamente político, y en la medida de que el hombre es parte de la sociedad política, al bien común como superior al de los individuos.

Y debe ser pluralista porque comprende que el desarrollo de la persona humana reclama normalmente una pluralidad de comunidades autónomas, con sus derechos, sus libertades, y su autoridad propios; entre esas comunidades, unas son de jerarquía inferior al Estado, y provienen, o bien de exigencias fundamentales de la naturaleza (como la comunidad familiar), o bien de asociaciones de personas quienes libremente y de forma voluntaria establecen grupos variados; otras son de jerarquía superior al Estado, como lo es ante todo la iglesia con respecto a los Cristianos.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

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