domingo, 11 de agosto de 2019

Trascendencia

Las personas estamos para trascender en el tiempo. Esa trascendencia viene dada por la dimensión espiritual de la persona humana, que lo eleva por encima de los tiempos, para que su pensamiento y obra perduren más allá de su existencia material.

Encontramos en el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que "a la persona humana pertenece la apertura a la trascendencia: el hombre está abierto al infinito, es decir a Dios, porque su inteligencia y su voluntad se eleva por encima de todo lo creado y de sí mismo, se hace independiente de las criaturas, es libre frente a todas las cosas creadas, y se dirige hacia la verdad y el bien absoluto. Está abierto también hacia el otro, a los demás hombres y al mundo, porque sólo en cuanto se comprende en referencia a un tú puede decir yo. Sale de sí, de la conservación egoísta de la propia vida, para entrar en una relación de diálogo y de comunión con el otro."

Jacques Maritain, filósofo católico, principal exponente del humanismo cristiano, afirma acerca de la persona humana que "en virtud de su relación con lo absoluto, y puesto que está llamada a una vida y a un destino superiores al tiempo, o, dicho otro modo, en razón de las exigencias mas elevadas de la personalidad como tal, la persona humana trasciende todas las sociedades temporales y les es superior".

Desde la visión del humanismo integral, creemos que nuestra obra, mensaje, y aporte a la humanidad debe estar orientado a un bien absoluto que es Dios. Pero más allá de la condición religiosa, todas las personas estamos para trascender, y de ahí la importancia de la familia, nuestra relación y ejemplo familiar, la práctica y siembra de los valores, de la ética, la moral, de la educación cívica, para la convivencia ciudadana, todo resumido en el amor, propio y por la humanidad. No hay un acto más espiritual y de mayor trascendencia que el amor.

"Deus Caritas Est". Dios es Caridad. Dios es Amor.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

domingo, 28 de julio de 2019

La crítica en política

Quien dedica parte de su vida a la cosa pública, queda inevitablemente expuesto a la crítica. Por ello es necesario entender la crítica como el deseo humano de conocer, y la capacidad humana de discernir la verdad, y esa idea producto de la capacidad de discernir al ser exteriorizada se convierte en la expresión de un criterio, que puede ser de una persona o grupo de personas, incluso una institución sobre determinado objeto, materia o acontecimiento.

Todo acto, tesis, idea, puede y debe ser sometido a la critica para poder mejorar.

Cuando un docente evalúa el resultado de un ejercicio de matemática a un alumno, hace un proceso crítico, donde contrasta una verdad conocida con respecto a una respuesta, para percatarse de que coincidan, o si por el contrario el resultado producido sea una falacia o error.

Es la crítica es un proceso humano, natural y necesario, para el desarrollo del pensamiento, y que produce la evolución de las sociedades.

En la Política la crítica propone nuevas soluciones a los problemas o defectos que se expongan en determinadas materias basada en una observación objetiva de un equipo o individuo cuyo comportamiento se desvía del estándar o del proceso.

Quien hace critica política tiene la motivación para dar a conocer su criterio u opinión de lo que debe ser el bien común y la prevención de problemas potenciales. Ahora bien, es indispensable que el que reciba la crítica no lo vea como algo personal, sino como algo que beneficiará al equipo de trabajo. El ejercicio de la crítica en la política requiere por parte de los individuos involucrados entre otros: altura intelectual, visión de la problemática actual y futura, des-personalización, unidad de dirección y humildad, mucha humildad.

Cuando las personas involucradas no cumplen con estos requerimientos, la respuesta de quien recibe la crítica será la victimización y culpabilizar a otros por no encontrar soluciones. Esas repuestas se concretan en frases como "estamos siendo atacados", o centrar la respuesta en hechos pasados como "es producto de un modelo heredado".

En política podemos reconocer a los actores que tiene pensamiento critico, porque son tolerantes a las opiniones, evaluaciones, escrutinios, es decir, quienes tienen una formación y pensamiento democrático, porque usan la crítica con la finalidad de mejorar, y con ello mantiene la unidad y la confianza de la gente, fortalecen las relaciones interpersonales, crean sinergia en la sociedad y promueven la construcción de capital social, reconociendo las cualidades que cada individuo aporta para el éxito de la sociedad, en la búsqueda del bien común y el desarrollo sustentable.

Para el desarrollo de las sociedades es muy importante que los líderes promuevan el pensamiento crítico, de manera tal que los ciudadanos no teman al desafiar a la autoridad para encontrar respuestas para mejorar o superar ciertos aspectos para nuestro beneficio o el bien común.

Si usted conoce a algún dirigente p grupo de ellos que se sienta ofendido con la crítica, y en respuesta a ella descalifiquen, insulten o expongan a personas al escarnio publico, encienda las alarmas, está frente a gente de pensamiento totalitario.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

Persona y Sociedad

Identificar un sistema político o de gobierno es posible, mas allá de los eslogan, si estudiamos el lugar que para ellos ocupa la persona humana en la sociedad, y la relación que tiene la persona con la sociedad.

Si el sistema que se desarrolla considera que la sociedad es una simple reunión de individuos, que no tienen relación de responsabilidad con un cuerpo superior, sino que ellos representan una totalidad absoluta, y no se considera la relación con sus semejantes, estamos frente a un sistema donde el individualismo marca la pauta, y donde los mas débiles sociales estarán marginados de todo apoyo y oportunidades para el desarrollo.

Si por el contrario, se considera que la sociedad es el todo, donde la persona humana es una simple parte de ese todo, y su dignidad está subordinada al interés de la sociedad y del estado, estamos frente a un sistema totalitario, asfixiante.

Dicho lo anterior, que dibuja los dos extremos del individualismo y el totalitarismo, En contraste a esos dos extremos, sistemas en los cuales la justicia del bien común no tiene posibilidad de desarrollo, exponemos el Humanismo Integral, que desarrolla sus postulados en el entendido que la sociedad debe ser personalista, comunitaria y pluralista.

El carácter personalista de la sociedad por considerarla como un todo de personas, cuya dignidad es anterior a la sociedad, y cada una tiene sus propias aspiraciones de independencia, hasta pasar a grados mas elevados que conlleven hasta la perfecta libertad espiritual, que ninguna sociedad humana es capaz de dar.

Comunitaria, porque entiende que la persona tiende naturalmente a la sociedad y la comunión, y en particular a la comunidad política, y porque considera, en el orden propiamente político, y en la medida de que el hombre es parte de la sociedad política, al bien común como superior al de los individuos.

Y debe ser pluralista porque comprende que el desarrollo de la persona humana reclama normalmente una pluralidad de comunidades autónomas, con sus derechos, sus libertades, y su autoridad propios; entre esas comunidades, unas son de jerarquía inferior al Estado, y provienen, o bien de exigencias fundamentales de la naturaleza (como la comunidad familiar), o bien de asociaciones de personas quienes libremente y de forma voluntaria establecen grupos variados; otras son de jerarquía superior al Estado, como lo es ante todo la iglesia con respecto a los Cristianos.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

domingo, 21 de julio de 2019

La persona hunana

Cualquier enciclopedia o diccionario que se consulte para saber qué es la persona humana, estarán de acuerdo que se trata de un individuo de la especie humana. Los juristas lo definen como un sujeto, objeto de derechos y obligaciones, y todo eso está bien. Sin embargo, para quienes se van a dedicar a liderar, al apostolado de servicio a los demás en la búsqueda del bien común, esa definición de persona humana no puede ser suficiente.

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia establece que "la persona no debe ser considerada únicamente como individualidad absoluta, edificada por sí misma y sobre si misma, como si sus características propias no dependieran más de sí misma..."

Jacques Maritain afirma que "cuando decimos que un hombre es una persona, queremos decir que no es solamente un trozo de materia (...) ¿Dónde está la libertad, dónde está la dignidad, dónde están los derechos de un trozo individual de materia? (...). El hombre es un individuo que se sostiene a si mismo por la inteligencia y la voluntad; no existe solamente de una manera física; hay en él una existencia más rica y más elevada, sobreexiste espiritualmente en conocimiento y en amor..."

Para ayudarnos a comprender la riqueza y complejidad del concepto de persona humana, Pedro Alfonso del Pino, en el curso de Principios Fundamentales de la Política: Una Visión desde el Humanismo Integral, que es parte del programa de Integral de Capacitación de Líderes del IFEDEC, dice que es necesario analizarlo desde cuatro dimensiones: materia, espiritual, individual y social.

La dimensión material, puesto que  su existencia requiere de una serie de condicionamientos físicos y materiales, comida, vestido y vivienda por ejemplo. Comprender que para vivir la persona requiere cierto bienestar familiar. De la comprensión de esta dimensión surgen los valores del trabajo, la propiedad y el salario, como producto del esfuerzo del hombre, que mediante su inteligencia y voluntad, contribuye a su propia perfección y el de la sociedad.

La dimensión espiritual, que es la que nos hace persona y nos diferencia del resto de la Creación. Las personas tenemos una dimensión espiritual, ya que estamos para trascender en el tiempo. De aquí la importancia de la familia, de los valores, la ética, la educación ciudadana, en fin, del amor, que resume la intensa espiritualidad del hombre.

La dimensión individual, ya que cada perdona es un ser único e irrepetible, y diferente a todos los demás. Es un proyecto de vida, con características, aspiraciones y proyectos propios, que merece respeto y apoyo. Todo esto entendiendo que el hombre no puede subsistir individualmente porque también es un ser social que necesita de la ciudad, que es parte de un todo que es la sociedad, y que su realización parte de la comprensión de su individualidad y su naturaleza social.

Y la dimensión social, como se ha dicho, por la necesidad de otros para vivir. Desde reproducirse, crecer en una familia, desarrollar el lenguaje, hasta estudiar, compartir objetivos comunes, son cosas inmanentes a la persona humana, a la naturaleza humana, que es una naturaleza personalista y comunitaria, cosas que debemos armonizar para el crecimiento de la persona y de todas las personas.

Así las cosas, la persona humana necesita de la armonía entre la dimensión individual y la social, entendiendo que a la persona hay que respetarla individualmente, pero también hay que ocuparse de los temas sociales como la salud, la economía, el trabajo y la vivienda, que completan los requerimientos para su existir en su dimensión material. Y para completar una visión integral de la persona humana, hace falta complementarlo con la dimensión espiritual, y de ahí la necesidad de políticas públicas que protejan y fomenten la familia, el matrimonio entre un hombre y una mujer, la protección de la vida, los valores de la ética y la educación, ya que el sólo bienestar económico no produce la felicidad y bienestar de los pueblos.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

domingo, 14 de julio de 2019

Liderar

No es un asunto fácil hablar de liderazgo, una actividad tan importante del hombre en sociedad desde el momento de su creación a imagen y semejanza de Dios, tampoco es una tarea fácil, así como no lo es la propia decisión de liderar, y decimos decisión de liderar, porque como lo expone Eduardo Machuca Reve, "el primer requisito para ser un líder es querer serlo. El proceso del liderazgo exige una decisión personal, intima y absolutamente libre".

Conociendo ya que el liderar es una decisión personal, y que el primer requisito para ser un líder es querer serlo, hay que aclarar que sólo el querer serlo no es suficiente. Eduardo Machuca Reve, en el curso de liderazgo que forma parte del programa de capacitación de lideres del IFEDEC dice que "el querer liderar requiere un trabajo incansable, que requiere de tiempo, esfuerzo, dedicación y de formación. Un deportista que quiere liderar en su campo, necesita de entrenamiento duro y condiciones óptimas a nivel físico y espiritual. Un músico que desee ser virtuoso o que pretenda ser director de orquesta no logrará jamas su cometido si no se ajusta a una disciplina rigurosa. Un ciudadano que tenga intenciones de gobernar su sociedad debe prepararse y dedicarse plenamente al liderazgo".

El liderazgo, que es uno de los mayores retos que debe asumir nuestra generación y las que vienen, en medio de tiempos de cambio donde la velocidad de las comunicaciones impone una fuerza mayor a las transformaciones, exige una preparación mas amplia, constante, integral que permita tomar decisiones positivas y oportunas. Para ejercer liderazgo estas generaciones deben saber que las oportunidades se construyen, y que la construcción de esas oportunidades depende de saber interpretar las necesidades y planificar metas que sean compartidas, que para alcanzar dichas metas hay que construir equipos, que el proceso de toma decisiones requiere un proceso constante de reflexión, que hay que motivar, y que todo ello se puede alcanzar si se rige de forma disciplinada por una planificación estratégica.

La actividad de liderar requiere de planificación y disciplina. Quien lidera, junto a su equipo, define el camino y la estrategia a seguir. El liderazgo no puede depender el azar, ni es producto de la improvisación. El que lidera debe saber manejar una agenda, definir cronogramas, y establecer mecanismos de evaluación, seguimiento y control, porque al fin y al cabo, lo que no se evalúa no se puede mejorar.

Manuel Rivero
@mrmanuelrivero

domingo, 7 de julio de 2019

El arte de la palabra.

Feedy Delgado Daló, en el curso de Nociones Básicas de la Oratoria, nos habla de que el arte de la palabra requiere del uso de las herramientas necesarias para una oratoria eficiente, que sea capaz de persuadir y que motive a los otros a compartir las opiniones del orador.

Todos tenemos claro que la persona humana es un ser social, y que alcanza su realización en la convivencia con sus semejantes, por lo que la comunicación es una necesidad. Es la comunicación entonces una herramienta prominente para la convivencia.

Toda persona que aspira ejercer liderazgo, debe comunicarse, y comunicar eficiente y eficazmente su mensaje, para persuadir a sus oyentes, y en este caso a sus lectores y lograr así el objetivo propuesto.

Para tal fin, Fredy Delgado Daló, propone tres Normas de Oro para el Orador.

Ser Natural. No debe imitarse a nadie, conviene ser auténtico, tal como es. Debe hablarse con naturalidad.

Ser Simpático. Esto es, amable, cordial, cortés, afectuoso. Serio pero agradable. No es hacerse el gracioso ni el cómico. Simplemente ser simpático.

Ser Breve. Debe hablarse lo necesario. En la oratoria lo que abunda; molesta, fastidia, daña el discurso.

Finalmente, Eduardo Machuca Reeve, que trata el tema del liderazgo, hace una cita a David Patton "El que ejerce el liderazgo es el evangelista del sueño". Y nos dice "Para liderar hay que motivar al logro, a la conquista de metas, insuflar el espíritu de los demás convenciéndolos de que es posible alcanzar un objetivo compartido. El líder trasmite esperanza, persuade mediante la palabra y el ejemplo. No hay nada mas estimulante que el ejemplo".

Manuel Rivero.
@mrmanuelrivero

miércoles, 3 de julio de 2019

La Selección Argentina y Venezuela

Me disculpan de antemano la manía de buscar hacer comparaciones con todo. Pero a quien lee noticias a las 4:00 am se le puede perdonar.

DE NUEVO PERDIÓ ARGENTINA. Y no me sorprende. Le he hinchado a la Argentina desde siempre. Yo me enamoré del fútbol por culpa de mi primo hermano Rafael Simancas. Yo tenía 5 años, viajamos de vacaciones con mi abuela Carmen a Caracas y el veía el Mundial México 86, y me explicaba quien era Maradona, y me flechó cupido.

De un momento a otro, el fútbol argentino, de selección, cambió. La AFA va de escándalo tras escándalo, y con tanto pero tanto talento que hay para dirigir la selección, no encuentran el consenso necesario para elegir un buen Director Técnico. Un DT con la suficiente personalidad para dejar sentado en la banca a Messi. Sí, y aquí me dicen que me volví loco, pero no, se necesita mucha personalidad, conocimiento, determinación, estrategia de juego, sobre todo sentido de equipo y de país para decir a Messi, hoy no vas. Y claro, comienzo por el extremo para decir lo correcto, lo que realmente requiere la selección Argentina no es que 10 jugadores en cancha jueguen para uno, sino que ese uno, si realmente es el mejor de todos, y es el líder, debe jugar para el resto, y no que jueguen para él.

Sí, hay que tener sentido de equipo para saber que cada uno es importante en el equipo y la selección. Que cuando estás ahí en esa posición tienes que actuar pensando en la gloria de todos y no la propia, la individual. Jugar con amor patrio e inteligencia.

Y cómo se parece del drama del fútbol argentino a mi país, a la política en mi país. Tenemos demasiado talento político para tener un gran director técnico, que sepa que su rol es armar la estrategia para ganar. No puede querer ser jugador, sino estratega. Nosotros tuvimos un buen DT, Ramón Guillermo Aveledo. ¿Ven a dónde voy?

No hay que volverlo a llamar. Uno no vuelve con su ex. Pero hay otros, y sí que los hay. Y deben tener el conocimiento y la estrategia, la autoridad para sentar a Messi, y decir, Capriles, hoy no vas; Leopoldo, hoy no vas; Maria Corona, hoy no vas; Guaido, te reconozco todo, pero necesitas un descanso o te vas a desgarrar. Porque el DT no puede sacarle la chicha a los jugadores, tiene que darle descanso, para que no se quemen ni se rompan.

Pero sobre todo necesitamos que ese mejor jugador y el DT entiendan que no se puede poner a jugar a 30 millones de venezolanos al rededor de una sola persona, porque entonces eso no cambiaría nada. Es el líder el que tiene que actuar con inteligencia y patriotismo, a favor de los otros y no al revés.

Argentina necesita un DT. Venezuela necesita encontrar uno, que piense con inteligencia y patriotismo. Si me preguntan que le ha faltado al frente amplio, además de ser verdaderamente amplio, es ese DT, que le pueda decir a muchos muy buenos jugadores, hey no estamos aquí ni por tu gloria ni para satisfacer tu ego, estamos aquí por el país, juega para todos o te sientas.

@mrmanuelrivero